Los pulmones de jóvenes soldados alemanes, los cuales aparecieron el 27 de junio de 1918, se encuentran alojados en el Museo de Historia de Berlín en Alemania. Los jóvenes fallecidos tenían entre 18 y 17 años, murieron por una cepa del virus de la gripe que surge a inicios del año antes comentado.
No obstante, los investigadores han dado seguimiento a partes de lo que infectó a estos dos jóvenes. Science Mag se mantiene en análisis sobre estos dos y otros genomas humanos que fallecieron por ese virus. Por otra parte, Henrik Poinar dirige halagos a los creadores de este hallazgo, siendo un antiguo dirigente del laboratorio de ADN de la Universidad McMaster.
Existen restos de fallecidos que han sido estudiados, esto incluye los restos de los dos soldados antes mencionados y una mujer, los cuales se encuentran repartidos en el Museo Médico de Berlín y en una colección de Viena en Austria.
La secuenciación ARN España continúa con examinaciones mucho más avanzadas sobre los todos los estudios que se han realizado previamente. Es un trabajo arduo, pero la tecnología ha permitido la investigación de la cepa del virus con mayor detenimiento y eficacia.
¿Es una labor imposible?
Entre los estudios realizados, se delata la existencia, entre los fragmentos de ARN, de la presencia del virus de gripe entre los tres fallecidos. Laboratorios ARN España da a notar que sucede con el SARS-CoV-2, mejor conocido como Covid-19, siendo un genoma compuesto por ARN, y no de ADN.
La descomposición de aquellos fragmentos ha sido inevitable, pero los investigadores lograron reconstruir los restos de la mujer que se menciona anteriormente. Puede ser curioso que estos tres fallecidos sean parte de la investigación, ya que mantenían una relación según su material genético.
Los restos de ARN encontrados en la mujer, coinciden en un 90% y 60% con cada uno de los hombres también fallecidos. Calvignac-Spencer ha asegurado que la labor no es imposible, debido a que, para secuenciar el material genético con tejido fijado con formalina es mucho más difícil en este tipo de muestras que en otras.
Debemos resaltar el gran trabajo de Calvignac-Spencer, por conseguir materializar lo que muchos científicos han llamado como “hazaña”, siendo un claro ejemplo de algunos datos escondidos que pueden aportar datos de valor sobre la pandemia de 1918.
Tener información sobre anteriores cepas, es crucial para entender y prevenir las consecuencias actuales. Tomando en cuenta que la tecnología y la ciencia son grandes aliados para los investigadores encargados de esta labor, en la antigüedad las enfermedades eran muy desconocidas si comparamos con la actualidad.
Los profesionales al sacar mejores muestras sobre la cepa del virus de la gripe de 1918 en fragmentos de fallecidos que reposan en instituciones como objetos de valor relacionados con la ciencia.
¿Se pueden relacionar ambas pandemias?
Como se mencionó anteriormente, identificar un virus en aquel año era muy difícil, debido a los pocos recursos que manejamos actualmente. Aunque en el 1918 es detectado el virus, realmente se dio a conocer que era en el 1933, ya que no se contaba con el conocimiento ni con la posibilidad de desarrollar vacunas.
La gripe de 1918 es catalogada como la peor catástrofe en esa época, donde el continente se mantenía en guerra y una pandemia mataba a muchos enfermos. Años después, el mundo volvió a estar en paz, fue donde se reforzaron los estudios sobre este acontecimiento.
El inicio de la pandemia actual por Covid-19, es inevitable no mirar hacia el pasado a la popular gripe española de 1918. Buscar similitudes ha evitado que se repitan los peores episodios, gracias a la tecnología, ciencia e internet tenemos mayor acceso a la historia y estudios por profesionales.
Al entender ciertas similitudes de contagio, es posible comprender lo que sucede en la actualidad y evitar su propagación. La combinación de la Primera Guerra Mundial, crisis económica y terrible pandemia, es posible asociar la actualidad.
Como diferencia, y ventaja, en la actualidad, es el posible refuerzo de las medidas sanitarias alrededor del mundo, tomando en cuenta las desigualdades económicas para mejorar o no empeorar las condiciones de vida y trabajo de cada persona. Lo que en 1918 con la pandemia, no fue posible.